jueves, 4 de julio de 2013

No me des libertad porque no sé qué hacer con ella.

"No soy yo, sos vos" - Ya sé, no debí haberlo dicho pero lo hice... Las palabras tienen pago el viaje de ida y rara vez regresan.

Me miraste con tus ojos tan claros, ese día estaban tan grises como el cielo tormentoso (mucho tiempo después me dí cuenta de la coherencia del color de tus ojos en ciertas ocasiones). Me estrechaste en un abrazo de oso y me retuviste así tanto tiempo que yo no sabia cómo retirarme sin ofenderte, y ahí me quedé semi ahogada, aplastada contra tu pecho, respirando entrecortado mientras el perfume de tu piel atravesaba tu camisa oscura para mareame más.
Ese perfume que nunca olvidé como vos seguramente tampoco hiciste con el mío. Definitivamente somos animales de costumbres.

Te extrañé mientras jugaba a ser burguesa otra vez y otra vez me alegré de encontrarte cuando me bajé de ese tren que no es el mío,  ese viaje a mi vida pasada que me recuerda que no tengo "libre albedrío" y para valorar mi libertad primero debo perderla, pero ya van tantas veces...

Hoy tenías los ojos verdes, ese verde mar en el que me pierdo mientras me hablas de política, ese verde plaza que nos rodea en este rincón oculto de mi amada ciudad. Ese es el color de las despedidas, de nuestras despedidas...

Hoy te dije que ya era hora de seguir adelante, de no repetir. Hoy me despedí otra vez para siempre, y van....

Mañana un Océano nos separará... Un Océano de esos que tienen algo más que mucha agua salada, el nuestro tiene el sabor de los recuerdos y de lo que podría haber sido pero nunca será, está inundado de "excusas", "quizás", "tal vez", "la próxima..."